jueves, 11 de junio de 2009

Me gusta la música.

Me gusta la música. La buena música. ¿A quién no le gusta la música? No me declino por un género; puede que hoy esté escuchando punk o metal puro y duro y mañana o pasado jazz o incluso música clásica. También puede que incluso no entienda (en algunos casos) lo que dicen, pero para mí, la melodía misma lleva un mensaje qué transmitir, alegría, melancolía, amor y odio en estado puro por partes iguales y por eso, para mí, la música siempre ha ocupado un espacio en mi computadora, en mi habitación, en mi mp4, pero sobre todo en mi alma. Es alimento y muchas veces purificación, olvido y desahogo. No puedo definir el papel tan importante de ella y tampoco puedo concebir el simple hecho –absurdo, lo sé- de que nunca hubiera existido. Todos viviríamos más estresados, con menos formas de expresión libres y los músicos trabajarían en hamburgueserías, vivirían aún con sus padres o bajo un puente, en la carretera fumando hierba, ó, simplemente harían otra cosa; de algo deberían subsistir ¿no? A lo que pretendo llegar es que, no es simple música, significa el trabajo, los pensamientos, los ideales y los sentimientos de las personas, para que, quienes las escucharan se sintieran a gusto y comprendieran lo que deseaban transmitirles, como un legado milenario.

En mi caso no puedo citar grupos o solistas favoritos por que soy muy indecisa y como dije impredecible en estos casos, simplemente puedo decir que me gusta la música y punto. Y sin importar qué, no creo que esto cambie nunca, incluso cuando este arrugada como una pasa.