Volviendo de mi letargo que fue bastante prolongado (casi un mes sin escribir absolutamente nada. Ni para este blog ni mis historias), me he dado cuenta que escribir no es sólo por pasar el rato; escribir es plasmar tus sentimientos, exteriorizarlos, por que si de alguna forma las personas no se desahogan, terminaran asfixiándose. Y esta es mi forma de hacerlo; así que realmente fue muy duro. Este era un régimen auto impuesto, no para castigarme, ni mucho menos, pero sentía que debía encontrar una forma de valorar lo que realmente me gusta, lo que realmente importa. El fin de esto era reafirmar lo que significa para mí esto; sobre todo en este momento que debo tomar la decisión acertada, y soy el tipo de persona que teme, con cada paso que da, equivocarse. Sé que hacerlo es parte de la vida (una parte muy importante), pero también creo que, aún más importante es tomar la decisión acertada y sentirte feliz, satisfecho de que lo has logrado sin ninguna dificultad. Eso brinda más confianza de la que los demás creen. Desafortunadamente, no soy del tipo de persona que, cuando se caen se levantan con las fuerzas renovadas; por que yo siento -y temo- que si en algún momento de la vida me cayese, no podría levantarme jamás.
Hay realmente muchas, demasiadas cosas que me gustaría hacer en la vida; tantas, que no creo que pueda hacerlas todas. Obviamente hay que tener ambiciones, pero las mías son muchas y siento que desesperadamente me gustaría hacerlas todas, y si no logro hacerlas, definitivamente no haré ninguna y mi vida no será más que un botadero. Es ese tipo de momento en el que piensas muy ansiosamente que no hay ninguna otra alternativa "Vivir o Morir", y mil veces escogería la primera, pero no sé si realmente tenga la fuerza, la suerte o lo que sea que se deba tener para afrontar lo que significa esto. Puede que me contradiga y que suene tonto, pero incluso muchas veces pienso que, antes que tener que dar frente a todo, sería mejor no haber nacido.
Esto no es una carta suicida o algo parecido; y para que lo sepan, nunca he pensado seriamente el quitarme la vida; lo que trato de decir es algo como: "Si ya estoy aquí, habrá que hacer lo que se pueda". Es el simple pensamiento de la resignación a la vida. Pero la fuerza, necesariamente no viene con la vida; es algo que se debe encontrar y apropiarse de ella para que nunca lo abandone. Incluso hay gente que no logra hacerlo, ¿por qué unos sí pueden y otros no? Y yo quiero ser de los que sí la encuentren, quiero apropiarme de ella y enterrarle las uñas para que nunca me deje. Obligarla a estar siempre conmigo así sea a la fuerza (y esto de así sea a la fuerza suena gracioso; pero lo que digo es que no importa cómo, quiero hacerme con ella).
Esa fuerza no es un ente superior, no es algo que se encuentra por casualidad, es algo con lo que uno nace (aunque no seamos conscientes de ello), que está dentro de uno mismo y que hay que escarbar para encontrarla, y una vez que se logre irla alimentándola de ilusiones, de sueños, de metas, de ambiciones; de todas esas pequeñas cosas, por que si nos olvidamos de ella, se marchitará y a su paso, arrasará con nosotros mismos.
Sé que todo es demasiado ambiguo, sé, también, que no tengo las cosas claras. Pero todo lo que quiero es ser yo misma y estar alegre de serlo, y que no queden espacios para lamentaciones.